Envidia televisiva II

Elvira Lindo hablaba, en su columna dominical en El País de hace varias semanas, del total desprecio de la televisión actual hacia la música en directo.
Ahí va un fragmento que reproducimos porque explica perfectamente el motivo de esta sección.
El artículo en su totalidad (titulado "La inmensa minoría") lo podéis leer aquí.

"...Recuerdo a Woody Allen hablando de una de sus películas más dulces, Días de radio, contar la maravilla que suponía haber crecido en una época, los años cuarenta, en la que la clase trabajadora conectaba la radio para escuchar a Ella Fitzgerald, Louis Armstrong o la orquesta de Duke Ellington. Música popular, pero qué musica. Época de letristas, compositores y cantantes prodigiosos. Por fortuna, el nacimiento de la televisión no acabó con eso. Al contrario. La tele llevaba a las casas los rostros de esos músicos, sus gestos de concentración, el sudor y la respiración de los cantantes. El idilio de la tele con la música se alargó durante dos décadas. Y no hablo de oídas. Internet ha ofrecido a los espíritus curiosos la posibilidad de contemplar cómo los medios de comunicación trataban a los músicos hace treinta o cuarenta años. La televisión actual mantiene una relación difícil con la música en directo. Prácticamente la ha dejado en manos de esos concursos de jóvenes promesas (qué pereza) o en alguna actuación en los programas nocturnos que tiene más que ver con la promoción de un disco que con un amor verdadero a la música. La otra vía musical que ofrece la tele es el vídeo pop, que en muchos casos refleja más el virtuosismo del realizador que los méritos del artista. Un buen vídeo puede enmascarar fácilmente a un desastroso cantante. Aquellos a los que nos gusta la música en vivo sin demasiados fuegos artificiales hemos sido expulsados de una patada de los medios; por fortuna, encontramos en el mundo cibernético un consuelo. Confieso que me paso horas muertas buscando en YouTube actuaciones de antiguos shows de la tele. Es un tesoro sin fin. Me siento en el sillón y me harto a ver escenas del show de Judy Garland. Ella cantando con su hija Liza, con Peggy Lee o con Frank Sinatra. O esas divertidísimas sesiones de aquellos gamberros del Rat Pack, en las que mi preferido es Dean Martin..."

A nosotros nos pasa lo mismo. Como no podemos ver en la televisión actual esas actuaciones en directo del grupo que nos gusta porque la mayoría de los españoles prefieren ver al enésimo "famoso/subnormal" contando su vida antes que a cuatro tipejos armados con guitarritas y extraños bombos que hacen ruidos al darles con un palo largo, tenemos que buscar vídeos en YouTube para saciar nuestra curiosidad de si tal artista se maneja bien en el escenario o es una bacalá infame (Maldini dixit).
Y, sinceramente, la culpa de la bazofia que emiten las televisiones la tenemos todos. Yo si tengo un negocio de comida y la gente me compra mortadela antes que jamón ibérico cuando están al mismo precio, lo que haré es no volver a ofrecer jamón nunca más y llenar toda mi tienda de distintos tipos de mortadela.
La dichosa ley de oferta y demanda. Si tú quieres mierda, toma, yo te doy mierda. No vale solo repartir las culpas entre las cadenas (que, al fin y al cabo son empresas, es decir, que buscan el beneficio, ya sea emitiendo un concierto o "charlas" entre "tertulianos"), también hay que mirarse un poco al ombligo y saber que televisión estamos demandando. Y la que tenemos ahora, es la que nos merecemos. Ni más ni menos.
Aún así, siempre nos quedará Buenafuente.

Y bueno, dicho esto, queda presentar el vídeo que hay arriba. Se trata de la actuación de Vampire Weekend en The Colbert Nation interpretando "Holiday" de su último y genial disco Contra y que, en mi opinión, no es uno de sus mejores temas pero que en directo suena resultona y muy fresca, ideal para una noche cálida en el escenario Verde del FIB (recordamos que son cabezas de cartel del viernes 17).
Así que hala, disfrutadlo.

PD: Pues parece que no deja "embedar" el vídeo, así que os pongo la que hicieron en Jools Holland, de hace unos mesecillos. Igual de buena.